CIUDADANO KALLE

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jueves, 13 de mayo de 2010

ZAPATERO: EL PRINCIPIO DE LA CAIDA

Estaba claro que el Sr. Presidente del Gobierno Español no iba a salir del aguacero que le caía, cobijándose bajo el paraguas de la izquierda. Políticos como él -no se si de raza o no- en que la capa de barniz socialista es muy fina, cuando se sienten presionados por "las circunstancias" (llaménse encuestas, Bruselas, PSOE, etc) terminan en brazos de la derecha. Eso mismo le paso a Félipe González, aunque luego hemos sabido que él siempre fue de derechas y lo suyo con el Socialismo fue un sueño de juventud. Parece que la historia se repite. Y que a nuestro actual inquilino de Moncloa le pasará lo mismo. Zapatero, el hombre del cambio que inspiro a Obama su campaña, esta escribiendo el final de su propia tragedia: pasar de la esperanza a la decepción más profunda; de la sonrisa y el "vamos a trabajar" a "nadie podría preever ésto" y lo siento mucho "la crisis la pagan siempre los mismos".
Esta recta final del gobierno de Zapatero, el chico leones que soñó con ser presidente, esta siendo muy trágica; o mejor dicho: tragicomica. Si como dice Hayden White, en "Metahistoria", los historiadores eligen el género narrativo en que se debe escribir la historia, creo que en el caso de nuestro Presidente de Gobierno, éste esta más que cantado.
Pero lo más triste de todo no es que Zapatero termine saliendo de Moncloa como el presidente de los cuatro millones de parados (Felipe salio del mismo sitio, tras el "vayase presidente" del Señor Aznar, como el presidente de la corrupción), sino que la solución al problema esta muy lejos de que nos lo arregle su sucesor, a todas luces ese gallego cínico, insuflado del "te lo dije". Si Zapatero no ha sabido leer -como se dice ahora- quienes son y han sido siempre sus aliados naturales:la izquierda más allá del PSOE; es porque Zapatero nunca ha sido (digamoslo claramente)un hombre de izquierdas. Ha sido ese chico de facil sonrisa, jersey a los hombros, pantalones de pana y zapatos castellanos. Poseedor de un optimismo antropológico que roza la ingenuidad,por no decir con la ignorancia; y que tan sólo soñaba con ser Presidente de un país que leía desde la inspirada clase liberal castellana. Pero lo que nunca penso, es que su caida sería tan sonada, como lo esta siendo. Al final del cuento, creo que la "apertura india" de ajedrez que tanto le gusta hacer, poco le va a servir. Más bien creo, que ha terminado haciendo el "indio".

A.E. de Pedro

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