CIUDADANO KALLE

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martes, 18 de diciembre de 2012

EL DEBATE IMPOSTERGABLE

Acaba de terminar la conferencia federal de IU en Madrid, y Cayo Lara ha sido reelegido nuevamente como Secretario General de esa agrupación de izquierdas plural y real, lo cual me alegro.
Ha sido un congreso animado, con mucha participación de gente joven, y la confirmación de que las mujeres han alcanzado una representación casi mayoritaria; lo que demuestra que IU crece con vocación de ser alternativa de poder y de generar verdaderos cambios en la sociedad española actual. Una demostración, cada día mas evidente, de que hay una alternativa sería, participativa y trabajadora, más allá de la falsa propuesta reformista del PSOE, un partido con una fuerte crisis de identidad, que al parecer no esta dispuesto a abandonar esa trinchera neoreformista, cuasi liberalismo suave, que ha determinado su política y sus acciones de gobierno en los últimos treinta años.
No obstante, se ha echado de menos en el congreso de IU, la apertura de un debate que, tal y como están las cosas, resulta impostergable, porque el tiempo pasa y es necesario tomar posiciones claras y contundentes: la continuidad de seguir dentro de la Unión Europea.
Al parecer, nadie quiere, incluido IU, plantearse una España fuera del euro y de la Europa de los mercaderes.es como si el mito al que nos han acostumbrado durante estos treinta años, de una Europa liberadora, igualitaria y social, haya hecho nido en las conciencias de cada uno de nosotros, seamos de izquierdas o de derechas. Hoy, ese modelo de una Europa salvadora, es una falacia, una quimera, que para lo que esta sirviendo es para crear un inmovilismo histórico, cuando no hacer bueno aquello del "fin de la historia".
Europa, por si misma no es sinónimo de liberación, ni de justicia social. Sólo baste recordar la propia historia de este continente para darnos cuenta de que han sido más los momentos de injusticia, de fanatismo, de intolerancia, de persecuciones, de discriminaciones de todo tipo, que de una historia de la solidaridad y la justicia social. No somos un continente que pueda dar lecciones a nadie; ni el gran modelo  a seguir por la humanidad, y ello a pesar de que de manera descarada y sin sonrojarnos, nos hemos dado este año un premio de la paz. Es verdad que hemos avanzado en muchos aspectos, pero todo ello muy a pesar de las clases conservadoras que siempre han estado amenazando con retrotraernos a la Edad Media, como al parecer pretenden una vez más. Es verdad, que hemos conseguido conquistas sociales, pero ellas nunca han sido gratis, ni han sido un regalo de nuestras clases dirigentes, sino conquistas arrebatadas a los poderes mas reaccionarios y oscuros que han dominado, y otra vez lo hacen, los hilos conductores de este continente.
Estamos hoy ante una coyuntura histórica. Ante un debate decisivo para la suerte de millones de personas. Un momento de crisis que va más allá de lo nacional para convertirse en una crisis del poder, y de la manera de entenderlo a escala continental. Hoy nuestra lucha, como tantas otras, es y debe ser continental. Porque nuestro enemigo es el sistema capitalista neoliberal que se ha instalado en Bruselas y que trata de diseñar políticas locales y nacionales, sin que nadie las haya votado, y bajo la bandera de que lo que es bueno para Europa, es bueno para todos nosotros. Pero lo que es bueno para Europa, tiene nombre y apellido, tiene siglas, y tiene ideología; no es un ente abstracto, sino una realidad que afecta a nuestras conductas sociales, económicas, culturales e incluso domesticas. Existe una Europa ideológica diseñada por la banca, el fondo monetario mundial la CEOE y los partidos conservadores y neofacistas de Europa. Una ideología del poder conservador que se hace pasar por "moderna" y por "reformista". Ambos términos no son lugares comunes, sino conceptos cargados de significado y también de ideología. Porque no hay una modernidad única como pretende Bruselas, sino otras posibles modernidades que se enfrentan al diseño de la Alemania de Merkel, a la España de Rajoy o la modernidad de los países nórdicos gobernados por grupos que rozan hoy el fascismo. Esa otra modernidad, también es una modernidad ideológica, porque la ideología es consustancial a la práctica política; al mismo ser político. Una modernidad alternativa con una intención transformadora de izquierdas que para lograr imponerse, debe derrotar a la otra modernidad. Y digo bien derrotar, porque como en la teoría de los paradigmas, ambas pueden convivir por algún tiempo, pero al final una debe imponerse sobre la otra; algo que ya esta sucediendo aunque no los estén vendiendo como el único progreso posible; es decir: el progreso de la derecha.
El sur europeo necesita enfrentarse a ese debate. No puedo demorarlo más. Debemos dejar de creer en la fantasía del escaparate que la actual Europa del euro nos ha creado. Debemos romper la vitrina y ver mas allá de la pantalla azul de la virtualidad que nos vende una vida falsa, llena de fantasmagorías. Por emplear un término que al parecer ha desaparecido de nuestra cotidianidad, debemos ser realistas. Aferrarnos  ala realidad del debate de lo que somos y donde estamos, y mirar más allá, tratando de diseñarnos como distintos y mejores. las cosas se pueden cambiar. Existe una política distinta a la que hoy se vende y se compra como única y posible. IU sabe que eso es así a nivel nacional, pero debe aprender que eso es también así a nivel continental; tiene que ser así, porque si no lo planteamos nada podrá cambiar realmente.