CIUDADANO KALLE

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domingo, 18 de julio de 2010

EL 18 DE JULIO

Julio es el mes por excelencia del calor en el hemisferio norte. En el hemisferio sur, por el contrario, es el mes de los mayores fríos: ya lo decía Neruda en sus poemas.
Los días de Julio son largos y calurosos. Es el mes por excelencia, junto con Agosto, de las romerías y las fiestas populares a lo largo y ancho de España. Es el mes en que los campesinos de mi tierra asturiana aprovechaban para ir "a herba"; para secar la paja que luego servía para alimento del ganado en los fríos meses del invierno. En fin, es un mes de "jubileo", descanso estival y de encontrar moza o mozo que te acompañe entre maizales verdes en tus primeras escaramuzas sexuales.
En otras latitudes, en la región de Sudafrica se celebra el cumpleaños de uno de los hombres más importantes que ha dado el siglo XX: Nelson Mandela. El "Mandela Day", declarado por la ONU para conmemorar el nacimiento, la lucha por la justicia y la libertad de este "tallo de hierro" que es Nelsón Mandela. El líder negro, ya en el ocaso de su vida, ha encarnado algunos de los valores de los que se puede sentir mas orgulloso el ser humano: la entrega a una causa común para desterrar el racismo y el fascismo de un pueblo oprimido por décadas de colonialismo europeo.
Pero la historia maneja muchas caras; algunas de ellas no tan llenas de alegría como en el caso de Mandela, y particularmente para esta España actual que se debate entre negar su identidad plural, o virar nuevamente hacia la negra noche. Hoy se cumplen 74 años de la sublevación militar que se llevo por delante -como dice la noticia del periódico el PUBLICO de España- a 40.000 personas tan sólo en ese verano del 36. Un 18 de Julio, un grupo de militares españoles con Franco a la cabeza, iniciaron uno de los episodios más triste y dolorosos de la Historia de España; no sólo de su historia contemporánea, sino de toda su Historia. Julio fueron los días del "terror caliente", como lo ha calificado el historiador Julián Casanova. En Zaragoza, por ejemplo, hubo 78 asesinatos en los últimos días del mes; y el número aumento a 732 en Agosto. En el resto del año acabaron con la vida de 2.578 personas de una población de 175. 000 habitantes que tenía entonces la ciudad. Los grupos fascistas llenaron de luto las romerías y verbenas de los cientos de pueblos de la España rural. Las ciudades vaciaron sus calles y plazas, dejando vacías las sillas de cafés, bares y portales a la fresca. Sed de sangre era lo que los alzados y sus aliados camisas azules tenían. Una sed, que según Diego Barcala de PUBLICO, no cejo en 39 años y 71 días de asesinatos y represión: el 27 de septiembre de 1975, Franco fusilo a Sánchez-Bravo, la última víctima de su "gloriosa cruzada de sangre" que comenzó ese caluroso 18 de Julio de 1934. Hoy su viuda, Silvia Carretero, 35 años después, sigue esperando que el Estado, ese triunfante Estado Español que surgió de una Transición que jamás ha rendido cuentas, anule la condena para "devolver el honor de todos los luchadores demócratas"(Diego Barcala, PUBLICO).
La tarde de este 18 de Julio de 2010 cae lenta y perezosa: hace calor. El río Sella transcurre, cauce abajo, cadencioso, mientras los peces esperan la "pluma" de los pescadores que soñamos con ellos. Nada en este Julio parece recordarnos a ese otro Julio de hace 74 años. Y si no hubiese sido por la noticia en el periódico, hubiese ya desaparecido de la memoria de una juventud anclada en preocupaciones de inmediatez y nula memoria. Los viejos que lo recuerdan pintan las mismas canas ya maduras y otoñales de luchador Mandela. Pero de seguro mientras el líder negro reciba hoy los homenajes merecidos a lo largo y ancho de este mundo, los muertos que aún yacen en las cunetas sin identificar de mi tierra, cubiertos por décadas de olvido y de cobardía de un gobierno "...y que socialista" que prefiere mirar para otro lado, recuerdan en lo profundo de su calavera: los gritos y el terror; el ajuste de cuentas; la salida sin despedida; la acera ensangrentada; el dolor de su mujer e hijos; la oscura noche en que les cerraron los ojos con un fogonazo de pistola. Aquel maldito y triste día de nuestra historia.