CIUDADANO KALLE

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lunes, 12 de julio de 2010

LA "ROJA", EL ESPAÑOLISMO CHUSQUERO Y EL ESTATUT DE CATALUNYA

Ciertamente esta semana que acaba de pasar, ha sido histórica para España. No sólo porque la selección española de fútbol, la mal llamada "Roja", se proclamo ayer domingo campeona del mundo, sino porque alrededor de esta conquista han ocurrido otras cosas de más hondo calado. Pero vayamos por partes.

La selección española de fútbol por primera vez en su historia alcanza un galardón tan importante como este dentro del fútbol internacional, que es como decir el fútbol donde se mueve el dinero: cada jugador de esta selección se ha embolsado por el triunfo alrededor de seiscientos mil euros, que no esta nada mal, si pensamos que muchos de nosotros quizás en nuestra vida laboral jamás veamos esta cifra, y teniendo en cuenta que en la España eufórica que vive hoy la resaca del triunfo de ayer, sigue habiendo cuatro millones de desempleados. El triunfo de la selección tiene especial valor ahora, sobre todo para un país que no vive sus mejores momentos ni económicos, ni políticos, ni sociales. El deporte, ya lo había dicho el filosofo francés Althusser, forma parte de esos Aparatos Ideológicos del Estado que viene muy bien sacar a relucir cuando se está en periodo de crisis como el que vive actualmente el Estado Español. La invasión de banderitas rojo y gualdas que se ha vivido en las últimas semanas, ha sido demostrativo de que los triunfos de la selección española en el mundial de Sudafrica han sido una buena excusa para que el nacionalismo chusquero y derechista que invade este país desde ya hace tiempo, se convierta en manifestación pública diaria. La bandera española, esa que algunos no tenemos más remedio que acatar "por imperativo legal", cuelga de muchos de los balcones de las principales ciudades españolas. Esa bandera monarquica ha sido el símbolo de esta selección que irónicamente se llama la "roja". Bajo su sombra, la monarquia actual, presente en la final de África, nos ha metido un gol de esos que hacen campeonato. La ignorancia chusquera nacionalista españolista no hace distingos entre una cosa y otra: apoyar a los chicos de la selección que se han merecido su triunfo, significa apoyar a la monarquia y todo lo que ella representa en una España que se escora cada vez más a la derecha. Fanco decía lo mismo: apoyar al fútbol era hacer patria; "una patria grande y libre". Quizás es que el franquismo jamás se ha ido del "idiolecto colectivo". Quizás es que los españoles son geneticamente franquistas, y compulsivamente masoquistas; lo cierto es que para quienes nuestra bandera es "otra" y nuestro himno es "otro", y aspiramos a otra España muy lejos de reyes y princesas, facistas y chusqueros, el que nos hagan tragar una bandera roja y gualda , antes con el ágüila y ahora con el sello de la Corona, a consta de poder perder nuestra ciudadanía, se nos hace insoportable; y hasta cierto punto novedoso, porque hasta hace bien poco, en España el culto a la "banderita" era una cosa inesistente. Más bien esto ha sido una moda que el PP con los gobiernos del Señor Aznar comenzo a hacer nido entre los sectores más reaccionarios del país. Luego los triunfos de la selección de fútbol en Europa, de los chicos que cobran millones en nombre de nuestra representación, terminó emparentando este nacionalismo chusquero con slos triunfos deportivos. De esta manera,ya todo estaba servido para el fenómeno que vivimos hoy: o te pones la banderita o no eres español.

Pero hay otras banderas en España. Una de ellas, la señera catalana, también esta moviendo su tela. A la vez que los chicos "azulones" estaban dando el gran t. Bandera que hoy se mueve de manera agitada. Un día antes de la victoria ante Holanda en Sudafrica, miles de personas se echaron a calle en Barcelona a luchar por su dignidad y su nacionalidad, puesta en entredicho por el fallo del Tribunal Constitucional que declaraba inconstitucionales una serie de decretos del Estatut que todos los catalanes en referendo habían aprobado un año antes. El TC con su decisisón había roto un "pacto histórico", a decir de los políticos catalanes que están realmente a punto de "coger el monte". La puesta en duda del Estatut de Catalunya por parte del TC, es el jarro de agua fría que corre en paralelo con este triunfo de la selección española. Pero el triunfo deportivo ya se dio, ya se logro la ansiada copa dorada; pero Catalunya sigue ahí con sus problemas; como siguen en el País Vasco, en Galicia o en Asturias y en otras nacionalidades de esta España plural que el TC y el nacionalismo chusquero heredero del franquismo no quiere reconocer. La unidad española fue sólo una entelequia que vivió en la mente de Franco y sigue viviendo en la acción diaria de sus herederos del PP y del franquismo sociológico. España es una realidad plural, en la que conviven nacionalidades historicamente reconocidas que se asociaron en empresas comunes. Imponer una nacionalidad, una bandera y un idioma a como de lugar, yendo contra realidades históricas, siempre ha sido un error; un error que siempre se ha pagado caro. Los borbónes que hoy nos reinan son también los herederos de aquellos otros del siglo XVIII que acabaron con el "pacto histórico de la pluralidad". Pacto que ni los Austrias se atrevieron a tocar; y eso que Carlos V era emperador y todo.

Hoy España entera celebra un triunfo deportivo, y yo como hijo de una de sus nacionalidades, lo celebro aunque me niegue a ponerme la banderita. Estamos contentos todos, incluso los de la masiva manifestación de Barcelona. Pero ojo: el fútbol tiene su momento; y cuando se acabe la euforia, por mucho que los medios se empeñen en recordarnos que somos "campeones del mundo" un día si y otro también, la dinámica de los acontecimientos, la fuerza de la historia, esa que nunca se para, nos recordara que aún no hemos conseguido nada como pueblo y como Estado. Que no seremos de construir una auténtica España hasta que no seamos capaces de mirarnos de frente y darnos cuenta de que nuestro única salida se llama: república federal. Mientras esto no ocurra, sólo nos quedará la nostalgia de que no sean todos los días del años, de los años venideros: 11 de julio de 2010; el día en que la selección española de fútbol gano el mundial de Sudafrica y creemos que hemos conquistado el mundo.