CIUDADANO KALLE

Visitas

jueves, 28 de junio de 2012

SOBERANÍA


"SOBERANÍA", bella palabra. Dice nuestro diccionario de la lengua española:
"La que reside en el pueblo y se ejerce por medio de sus órganos constitucionales representativos".


Al parecer, esta palabra y su sentido esta por ser olvidado en este país. Los sucesos en estos seis meses de gobierno del PP, se suceden con suma velocidad. No hay día que no tengamos una nueva información sobre el descalabro de nuestra economía, de una sociedad atemorizada, llenas de miedos seculares que al parecer no han desaparecido de nuestra memoria colectiva. No hay día que los españolitos, a esos que Machado consideraba que se les "helaría el corazón", no sufran un ataque de pánico y vean su futuro, no ya sólo su presente inmediato, tan negro como la noche más negra de la España rancia, pueblerina, pobre y hambrienta de todo, que reino en otras épocas, que creíamos ya olvidadas. Estamos en manos de un gobierno mentiroso, incapaz, torticero, y, sobre todo, un gobierno que ha venido para acabar con nuestros sueños de libertad y justicia social. Un gobierno que gobierna al dictado de los poderosos, pero eso sí: un gobierno al que hemos legitimado en las urnas y que se siente apoyado en nuestras Cortes por una mayoría absoluta, la más absoluta de todas las mayorías; es decir, la mayoría que desprecia a todos los demás.


Me preguntaba en estos días: ¿Cómo fuimos capaces de creernos el cuento de Europa? ¿Cómo creímos que entrando en la UE de los mercaderes, seriamos más libres, más justos, más modernos; en una palabra, más europeos? Pues bien, me imagino que en algún lugar de esta maltrecha Europa del Sur, muchos, al igual que yo, se habrán hecho estas preguntas. Y muchos como yo, nos habremos contestado que la ingenuidad no tiene limites. Y que a excepción de los británicos, esos que viven en su isla, todos nos creímos que la Europa del euro sería nuestra solución global para enfrentarnos a un mundo construido en bloques económicos capitalistas, cada uno de los cuales quiere poner bajo la bota al otro. Hoy, los "britis" siguen teniendo su Banco Central y soberano, emiten su moneda y cuentan con soluciones más propias que la del resto de los europeos. Hoy, nosotros tenemos un Banco de España, instalado en un hermoso edificio histórico, que es casi ya un lujo. Y que a decir de lo que esta pasando, sólo se dedica a enviar informes al Banco Central Europeo, que, a su vez, destila y acomoda para enviarlo, al verdadero capo económico: el Banco Central Alemán. Económicamente somos hoy ya una colonia de Alemania. Y quizás pronto no sólo lo seremos económicamente, como lo son también los portugueses, los irlandeses, los griegos, los chipriotas y los italianos, sino que lo seremos social y culturalmente, si los planes de Alemania y sus aliados del norte, se cumplen, y cedemos en aras de la llamada "unidad europea", más soberanía; la poca que ya nos queda.


Nuestro gobierno del PP vive al dictado de los mercados que nos son otros que los bancos alemanes. Ellos nos prestan el dinero para sobrevivir, y ellos nos van a cobrar hasta el último euro con interese excelentes para seguir engordando sus arcas. Esta pescadilla que se muerde la cola en la que se ha convertido la UE, siempre empieza y termina en Alemania. La patria de Goethe es el nudo gordiano que se estira o se afloja según a ella le convenga. Alemania siempre tuvo una vocación imperial. Pero mientras otros imperios europeos hicieron de las suyas, viviendo de los americanos, africanos, indios, etc; Alemania siempre pensó que su imperio colonial estaba en Europa. En ello, ha malgastado dos momentos de su historia que siempre han terminado en tragedia. Alemania concibe a Europa como una propiedad. Un mundo que debe girar bajo el dictado de sus perfectas y sobresalientes mentes. En ese sentido, Alemania es centro, metrópoli, y, todo lo demás, es tan sólo periferia. Los "sureños" (los sures en todas partes siempre son el culo del mundo) somos para ellos carne de emigración, sol y playa, bebida barata y hacer lo que te sale en gana cuando vienen de vacaciones. Somos "sur" y ellos son "norte"; así siempre lo han visto y como tales actuan.


Decía al principio de esta entrada que SOBERANÍA es una palabra hermosa, bella entre miles. Una palabra por la que a veces incluso se llega a dar la vida, muchos ya lo han hecho antes y por eso estamos todavía aquí como un país independiente. Pero la soberanía es algo que construimos día a día. Es algo frágil y débil que siempre esta amenazado. Algo que nos obliga como ciudadanos libres a salir en su defensa. Es "esa cosa" inexplicable, pero sentida hasta en las entrañas, que cuando se pierde, entonces sabemos que existía. Este país, en manos de un gobierno legitimado en las urnas, va camino a perderla.